Saludos grumetes, espero que estéis preparados porque aquí no hay tiempo para la contemplación y la vagancia ¡Arriad la velas! ¡Trepad a esas jarcias hijos de un babuino leproso! ¡Cargad los cañones por las barbas de Satán! Preparaos para ganar la gloria y la fortuna que aguarda a los valientes o descansar en el cajón de Davy Jones. Porque esas son los únicos finales posibles para los jugadores del que es sin duda uno de los mejores juegos de piratería que pueden encontrarse en el mercado.
Blackbeard: Puntuación (8)
Blackbeard es un juego muy, muy viejuno de la prestigiosa (y ya extinta, o casi) editorial Avalon Hill. Pero no vamos a hablar de este juego, sino de la reedición de GMT, que nos trae este excelente título con un magnífico lavado de cara, tanto a nivel de estética como a nivel de mecánicas de juego.
Lo primero que sorprende es el brutal salto que supone pasar de un tablero con casillas hexagonales donde movías tu barquitos casilla a casilla y este nuevo con zonas de mar genéricas que se ventila los siete mares en un puñado de casillas gordas… Debo reconocer que al principio me tiró para atrás, pero después me rendí a la jugabilidad, así que aunque soy un firme defensor de los juegos complejos y de contar casillas le doy el visto bueno al sistema de zonas de mar.
Otro punto negativo (esta vez empezamos con lo malo para dejar luego un buen sabor de boca), es el tablero, de un cartón bastante flacucho y con un aspecto gráfico que se queda en un justito ‘correcto’ (aunque muy resistente como veremos más adelante) en comparación con la vieja edición de AH con su tablerote rígido de toda la vida… este tipo de tableros flacuchos deberían estar prohibidos por la convención de Ginebra y relegados a los juegos de Falomir.
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A la izquierda el nuevo tablero, a la dcha. el clásico de AH. |
Y a partir de aquí todo virtudes. El aspecto gráfico general del juego es muy bueno, con unas ilustraciones bonitas y un diseño efectivo y práctico, y un montón de counters, tokens, tiles y el Cristo bendito del cartón impreso, ves buscando una caja de anzuelos y varios saquitos de tela porque los vas a necesitar (creo recordad que hacía falta 5 o 6 contenedores opacos para fichas). Piratas, mercantes, gobernadores… hasta el escorbuto tiene su propia ficha. Un placer para los que amamos los juegos llenos de componentes (que para eso pago mis dineros, mire usted).
Las mecánicas también han recibido bastantes modificaciones (de hecho le han pegado tal repaso que casi parece un juego nuevo), simplificando reglas y retirando algunas de las cosillas que me gustaban, pero bueno, nunca llueve a gusto de todos. Uno de los cambios más significativo es que los turnos son ahora consecutivos (en el antiguo se jugaba al azar, según el mazo de acciones y te podías pasar un buen rato sin jugar mientras veías acercarse a los caza piratas y barcos de guerra hacia tu indefenso bajel) y es sin duda una mejora. En cualquier caso, el corazón del juego se mantiene, un motor de cartas y los eventos que dejan ese sabor a sal y escorbuto que tanto nos gusta. El juego ha ganado sin duda en agilidad, aunque las partidas no son cortas (al menos según los estándares actuales), 3-4 horas.
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John Rackman navega el Atlántico Norte seguido de cerca por el Comisionado del Rey. |
En las propias reglas del juego, comentan que el autor de este remake decidió disminuir la fuerza de barcos de guerra y comisionados del Rey para acercarse más a la realidad histórica (parece ser que era bastante habitual que los capitanes piratas derrotaran en batallas a caza piratas y buques de guerra), pero a los que veníamos de jugar al viejo juego de AH, nos gusta mucho más la idea de huir como un cobarde en cuanto ves asomar los cañones reales por la lontananza.
Debo decir que siento debilidad por los juegos de piratas, así que no os sorprenderá que me parezca un gran juego. Y si encima lo es… Por compararlo con algo sin duda sería con el Merchant & Marauders. Visualmente gana de calle el M&M, con sus barcos de plástico y con componentes mucho más coloridos y vistosos. Pero en la jugabilidad le doy el punto a este Blackbeard, y no solo por nostalgia.
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Un caza piratas y un barco de guerra rondan el caribe, pero la presa es demasiado buena para dejarla pasar. |
El juego es ágil, centrándose en lo que nos interesa (asaltar mercantes y pasar a esos afeminados caballeros franceses por la quilla) y deja de lado la cosa esa de la mercadería (pirata, leches, si me compro un juego de piratas es para ponerme un parche, para comerciar tengo una estantería llena de otros juegos). Los eventos y cartas para jugar en los turnos del contrario le dan una gran interacción al juego (aunque debo decir que algunas de las cartas son extremadamente fuertes, como la del duelo) y en general, durante la partida tienes la sensación de estar haciendo el pirata (el punto flojo del M&M es que te pasas más tiempo viendo como los demás hacen cosas en los puertos que jugando).
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Los piratas más temibles de los 7 mares surcan el tablero. |
Comentaba al principio del post, que el tablero es resistente. Durante una de las partidas de prueba, un vaso de Coca-Cola (ni siquiera era ron.. sic.) acabó derramado sobre la mesa, el tablero y algunas fichas y tarjetones. Sorprendentemente, salvo las fichas que si cogieron algo de color, el tablero y las tarjetas de pirata han soportado el baño espléndidamente y sin bufarse : ). Así que punto pirata para el tablero, que aunque delgaducho, aguanta los embates de los siete mares.
Poco más que decir de este clásico reeditado. Echo de menos las reglas complejas y toda la chicha que tenían las partidas de antes, pero este Blackbeard recoge lo mejor de dos épocas, con partidas más ágiles y una buena tematización. Como ya he dicho, si te gustan los juegos de piratas, este sin duda es una de las mejores opciones que pululan ahora mismo por el mercado.
Esto es todo por hoy, nos vemos la semana que viene. Recordad que podéis seguir el blog en
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