Jugando a cosicas (XXXI). Reseña de At the gates of Loyang.

Buenas a todos, hoy recojo una reseña que hacía tiempo que quería escribir. Un juego que llegó a mi colección hace ya unos años y que desgraciadamente no he podido jugar tanto como quisiera.

At the gates of Loyang: Puntuación (8)

Pues estamos ante el tercero y menos conocido de los juegos de cosecha de Uwe, después del Agrícola y el Le Havre, este juego nos pone en el pellejo de unos agricultores chinos que tratarán de satisfacer la demanda del mercado a base de nabos, remolachas y judías, mientras avanzan por el duro camino hacia la prosperidad.

El Loyang (vamos a recortar un poco el nombre) es un juego curioso, tanto por su planteamiento, como por sus mecánicas. Para empezar, es un solitario. Aunque se anuncie para 1-4 jugadores, la experiencia más satisfactoria se obtiene en las partidas para 2 (para 4 es exactamente igual pero más largo y engorroso) y en estas partidas a 2, la interacción entre los jugadores es mínima. Pero lo cierto, es que lejos de hacerlo un mal juego, crea una gran tensión mientras tratas de superar la puntuación del contrario y lo puteas de vez en cuando con alguna carta especial.

Es un juego puro de gestión de recursos
, nada de trabajadores en esta entrega, aquí el único que curra es nuestro sufrido granjero. Los jugadores tienen un mini-tablero en forma de ‘T’ donde se encuentra el contador de puntos de victoria y el mercado de verduras (donde en un alarde de realismo, nos venden semillas a precio de oro y prácticamente regalamos nuestros productos) y alrededor del cual se disponen las cartas que van dando forma a nuestra aventura agraria.

Sobre el tablero iremos colocando campos de cultivo (a razón de uno por turno de un mazo propio de cada jugador que incluye 8 campos de cultivo) en los que plantaremos las semillas que compremos, cambiemos o recolectemos y con las que trataremos de suplir a los clientes que vendrán a nuestra granja (estos sí que nos pagarán una buena cantidad de dinero por nuestros vegetales). Los campos de cultivo no son todos iguales y las verduras más cotizadas solo pueden plantarse en algunos de los campos. Además, tenemos un carro (una suerte de almacén temporal) y un almacén donde guardar los excedentes de un turno a otro.

El juego en proceso,  con los campos de cultivo al fondo, nuestro granjero avanzando por el contador de PV y a los lados cartas de clientes y mercaderes (foto BGG).

Cada turno, se roban cartas de un mazo común y se crea una suerte de subasta por descarte en el que los jugadores van tirando cartas a un pool común, hasta que un jugador ve una carta en mesa que le gusta y decide jugar. Entonces se juega una carta de la mano y una de la mesa (obligatoriamente) y el otro jugador, debe entonces hacer lo mismo. Estas cartas son de varios tipos, incluyen clientes (que compran nuestros productos) que pueden ser fijos (hay que serviles durante varios turnos y generan una importante presión al obligarte a producir o comprar las verduras que piden) o esporádicos (estos son más fáciles de manejar, pero dan menos dinero), puestos de mercado, donde podemos trocar unas verduras por otras (ya sea para venderlas o para plantar), ayudantes (cartas especiales con sus propias reglas que nos permiten intercambiar cartas entre los tableros, evitar que los clientes se enfaden si no les damos lo que quieren, o incluso robarle clientes al contrario) y campos extra que pueden usarse para ampliar la granja.

Los clientes fijos aumentan nuestros ingresos, pero pueden enfadarse y costarnos dinero si no les servimos a tiempo. Fu Manchú está ya bastante enfadado (foto BGG).
Las cartas de ayudantes traducidas por un amable miembro de la BGG (foto BGG).

Con todo esto se genera un caos de compro, vendo, amplio los campos y planto unas remolachas por aquí, que nos lleva como objetivo final a recoger dinero y comprar puntos de victoria (avanzar en el camino de la prosperidad). Si, los puntos de victoria se compran y tienen un coste exponencial, es una de las cosas más entretenidas, de repente tienes un montón de pasta con la que podrías comprar semillas y arreglar la granja, pero tu amada y pija esposa quiere un estanque lleno de carpas doradas y un oso panda… ale a gastarse 14 moneditas en subir un escalón en la tabla.

¿Puntos negativos? Pues lo cierto es que varios. El aire, una caja enoooorme (como la del Agrícola), que tras abrirla te quedas mirando en plan ‘me faltan componentes, debe estar defectuoso’, mientras coges los mini-tableros que parecen restos de destroquelar… Afortunadamente, el juego te quita rápidamente esa sensación de desasosiego (aunque mi estantería agradecería una caja con la mitad de grosor y un jodido tray para meter las cartas y las verduras).

El tablero parece un resto de fábrica (foto BGG… si esta semana no tengo la cámara de fotos…).

El otro handicap, como ya hemos comentado, es el número de jugadores y la poca interacción entre ellos, que puede echar para atrás a más de uno (al final estás comprando un juego para 2 jugadores).

Mi veredicto final, es que es un juego excelente (también es cierto que los juegos de agricultores me encantan) y una compra obligatoria para aquellos que buscan títulos para dos jugadores. El juego es magnífico si no te importa tener que hacer cuentas, porque te faltan dedos cada turno mientras tratas de cuadrar las compras, ventas y excedentes.

Por cierto, el juego puede jugarse gratuitamente online en la web de Yucata (aunque en esta web se suele jugar por turnos de esos que te conectas de un día a otro, así que quizás no sea la mejor opción para hacerse una idea del juego), algún día de estos dedicaré una o dos entradas a estos portales.

STATS
COMPLEJIDAD: 5, el juego es en realidad muy fácil, pero las reglas son muy engorrosas, es de esos que te los explican en cinco minutos pero te pasas una hora leyendo reglas como te toque aprender solo.
DIVERSIÓN: 8 ¡Ay rubio los malacatones! ¡Que me los quitan de la maaaanos! (soy un yonki de los juegos de granjas desde el SimFarm del ordenador).
FRIKEZ: 4, el tema es apto para todos los públicos, pero el juego no es fácil de dominar para gente que solo ha jugado al parchís o el trivial.

Links de At the gates of Loyang en Board Game Geek y Mesa de Juegos.

La semana que viene son las Jesta y me plantaré allí con el saco de dormir y Cats (mi libro, yo he venido a hablar de mi libro), así que me da que no habrá entrada en el blog (pero para la siguiente si nada lo impide, tendremos especial jornadas).

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Jugando a cosicas (XXV). Reseña de Agricola.

Hola a todos, tras mi inesperado segundo puesto en el torneo de Agrícola que se realizó en Homoludicus Valencia el mes pasado. No puedo más que marcarme una reseña de este espectacular juego que desgraciadamente no ha conseguido triunfar en mi mesa habitual.

Agricola: Puntuación (8.5)

Bueno, quien no conoce a estas alturas el juego de Uwe Rosenberg. Salió en el 2007 y se catapultó a la fama, actualmente en el 2º puesto de la BGG.
Agricola, por si queda algún despistado, es un juego de colocación de trabajadores. En el llevamos a una familia de granjeros que trata de medrar en la Europa posterior a la Peste Negra. Durante la partida mandaremos a los miembros de la familia a recolectar recursos, plantar cebollinos, construir vallas… vamos, lo que viene siendo la vida de granjero.
Empezando por una serie de acciones básicas (arar campos, recoger madera, pescar,…), cada turno van apareciendo nuevas opciones de juego (nuevas acciones como ampliar la familia, coger vacas o reformar la casa) que amplían el abanico de posibilidades del jugador.

Los tableros de acciones donde los jugadores colocan a sus trabajadores. Cada turno se le da la vuelta a una nueva carta que revelará nuevas opciones de juego.
Cuando un jugador ocupa un espacio, nadie más puede realizar esa acción hasta el siguiente turno. Y ahí radica el 50% de la gracia del juego, es lo que da interactividad y pique a este solitario campesino (no hay nada más satisfactorio que ver la cara de tus oponentes cuando te llevas todas la ovejas delante de sus narices).
La gracia restante se la lleva la planificación estratégica que requiere (lo cual no siempre gusta a todo el mundo). Además de tener una granja cojonuda, tus desagradecidos familiares quieren comer y si no los alimentas, se dedican a pedir limosna por el pueblo (cosa que hunde tu reputación y tu puntuación al final de la partida). El juego se convierte así, en algo más que una carrera de optimizar los recursos, con la presión siempre constante de tener que alimentar a los tuyos sin perder posibilidades de desarrollo.

El tablero de la granja de cada jugador, con cercados para animales,  las habitaciones de la casa y unos cuantos recursos. Home is where the your cow is.
Una vez se han dominado las mecánicas del juego, es el momento de incluir los mazos de cartas, que representan oficios (carpintero, techador, comerciante…) y adquisiciones menores (desde un arado hasta un granero) que añaden pequeñas modificaciones al juego estándar, permitiéndonos crear multitud de estrategias para alcanzar la victoria.

Oficios y Adquisiciones menores, cartas que añaden profundidad a este espléndido juego.
Una de las grandes virtudes de este juego es su perfecto equilibrio, se puede alcanzar la victoria de muchas formas (aunque todas pasan por tener una buena casa y una gran familia bien alimentada). Y cuanto más profundizas en el juego (estrategias de alimentación, gestión de acciones, etc…), más te das cuenta de que bien montado está el jodio.
El juego cuenta con varias ampliaciones (sumamente innecesarias desde mi punto de vista, casi tanto como las del Smallworld) que añaden nuevas opciones al juego, más cartas con oficios y adquisiciones, algunas reglas nuevas (como la necesidad de calentar la casa, como si darles de comer no fuera bastante, ahora quieren calorcito… menudos aburguesados). Pero como acabo de decir, creo que el juego tiene tanta rejugabilidad que no precisa para nada de estas ampliaciones, quedan solo para los más adictos al juego.
Existe una página en internet desde la cual se puede jugar online (www.play-agricola.com), hecha por un aficionado y mantenida durante todo este tiempo por aportaciones voluntarias. El interface es lo más horrible, incómodo y anti-intuitivo que puede echarse uno a la cara y te encontrarás por allí a gente bastante capulla (aunque también hay gente normal, no asustarse), elevados en su panteón de friki jugón y despreciando a todo aquel que no haya jugado ochocientas partidas online (cosa difícil de hacer cuando todo el mundo tiene la misma manía). Pero bueno, salvando ese pequeño pero incómodo detalle, a veces es posible encontrar gente maja con la que jugar (o simplemente puedes quedar con tus amigos para echar una partida online).
Por último no quiero cerrar esta reseña sin comentar un excelente tutorial que se puede encontrar en la BGG (está en inglés y hay que bucear un poco en el hilo del foro para encontrar una copia, ya que el autor se dio de baja de la BGG y borró sus artículos, traducida parcialmente al castellano por un usuario, en cualquier caso hay un montón más por internet), el cual me permitió pasar de jugador novato a rebañar un 2º puesto en una liga de este juego en solo un mes. El tutorial es muy completo, explicándote las estrategias básicas y avanzadas del juego, así como haciendo un estudio pormenorizado de las cartas del mazo E (el mazo básico de ampliación de los tres que incluye el juego).

Partida con 4 jugadores (foto de un torneo en HLV)
Conclusiones. Uno de los mejores juegos que puedes encontrar en el mercado hoy en día (su posición en el ranking de la BGG durante años es un aval a tener en cuenta). Eso sí, ten claro a lo que vas a jugar, esto es un juego de colocación de trabajadores, un Sim Farm en toda regla, nada de batallas, nada de muertos y nada de acción (lo digo porque ese fue el factor que falló para que el juego triunfara en mi mesa… panda de asalvajados…). Un juego que además funciona perfectamente con cualquier número de jugadores (aunque a 5 se hace un poco largo para mi gusto, 2 horas y media), ¡hasta se puede jugar en solitario!
¡Ah! Una cosa más. El juego forma parte de la trilogía de la cosecha, formada por los juegos Agrícola, Le Havre y At the gates of Loyang (y al que habría que añadir ahora el Ora et labora, digo yo). Los incondicionales del autor afirman que son todos ellos la panacea de los juegos (yo tengo el Agricola y el Loyang y puedo afirmar que son muy buenos ambos). Con esto solo quería decir, que si tras probar el juego os engancha, estad tranquilos, hay Rosenberg para rato.
STATS
COMPLEJIDAD: 3, no os engañéis, este es de esos juegos fáciles de aprender y difíciles de dominar.
DIVERSIÓN: 8, si te gustan los juegos de gestión y colocación de trabajadores, este es sin duda un must be en tu ludoteca.
FRIKEZ: 3, el juego puede jugarse con cualquiera (la versión familiar al menos, por aquello de la complejidad) el tema es 100% apto para no-jugones.
Links de Agricola en Board Game Geek y Mesa de Juegos.
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